Crece el enojo por el «festival de excepciones» en el Concejo Deliberante

Vecinos vienen llevando adelante una juntada de firmas con el objetivo de rechazar “el festival de excepciones” al Código de Ordenamiento Territorial en el distrito de General Pueyrredon.

A través de la plataforma Change.org, vecinos vienen llevando adelante una juntada de firmas con el objetivo de rechazar “el festival de excepciones” al Código de Ordenamiento Territorial en el distrito de General Pueyrredon.

En el texto, se indica que “el festival de excepciones al código de edificación en la ciudad de Mar del Plata a costa de sus valores patrimoniales está al servicio de la especulación inmobiliaria, destruyendo no sólo el paisaje y produciendo con la liberación de alturas un impacto ambiental muy pernicioso, sino también la irreparable pérdida de lo que jamás podrá recuperarse”.

Y se remarca que “el daño no sólo lo sufren los residentes sino también quienes año a año convierten a Mar del Plata en el principal centro turístico del país”.

En ese sentido, se alerta que “los conos de sombra sobre las playas afectan el principal recurso de esta ciudad. Además, preservar el patrimonio es una responsabilidad transgeneracional”.

Hemos permanecido muchos años en silencio, sin oponernos a este atropello a nuestro hábitat. Es hora de actuar antes de que todo sea peor. Cuidar el ambiente y preservar el patrimonio no es incompatible con las inversiones y las fuentes de trabajo. Por tal motivo exigimos respeto al Código de edificación, que se elimine el ominoso sistema de ‘compensaciones’ y que las excepciones sólo puedan concederse con una mayoría calificada del Concejo Deliberante”, finaliza el texto.

MÁS CUESTIONAMIENTOS CONTRA LAS EXCEPCIONES

Por su parte, el Centro Internacional para la Conservación del Patrimonio alertó sobre “la continuidad de la normativa de excepcionalidad a cambio de compensaciones, ya que la misma fácilmente puede transformarse en una práctica que termine por ser un instrumento destinado a la especulación inmobiliaria en detrimento no solo de los bienes arquitectónicos patrimoniales, sino de la calidad ambiental y patrimonial de toda la ciudad de Mar del Plata, caracterizada como uno de los ejemplos patrimoniales arquitectónicos y urbanísticos más destacados de nuestro país; y que en las últimas décadas no solo ha ido perdiendo piezas arquitectónicas irremplazables, sino que ha visto transformarse radicalmente su paisaje urbano”.

En ese sentido, desde CICOP Argentina recomendaron que no sea aprobada la excepcionalidad y se revea esta posibilidad en futuros proyectos.

CALIFICAN DE «CANALLADAS» A LAS COMPENSACIONES

En las redes sociales, el exfuncionario radical, Nino Ramella, viene cuestionando  duramente el «festival de excepciones».

En ese sentido, ha posteado que «es increíble la pasividad de una comunidad frente a la destrucción de su patrimonio. ¿Qué absurdo es ese de las compensaciones? Liberan alturas por excepción para recibir dinero con otro destino. Eso en criollo y en el barrio se llama comer viruta y cagar tablones».

A su vez, remarcó que «destruir una ciudad construyendo edificios cuyo impacto ambiental es tremendo parece ser el hábito con el que el ¿Honorable? Concejo Deliberante cumple con su ¿trabajo?. Ahora con la canallada de las compensaciones lo cierto es que las excepciones están a la venta. Para las constructoras es una inversión harto redituable. Por chirolas luego ganan fortunas. Y la administración accede a eso a cambio de destrucciones irreversibles. Es criminal».

Y destacó que «lo más desesperante es ver que no hay reacción. Tenemos una Facultad de Arquitectura y Urbanismo desde hace décadas. ¿No tiene nada que decir? ¿El Colegio de Arquitectos? Ya sé que ahí hay intereses creados, pero no alcanzará a todos quiero suponer».

«La preservación del patrimonio es una responsabilidad del conjunto social, con un protagonista principal que es el Estado…pero si este no lo hace hay que obligarlo a hacerlo«, agregó Ramella.

Además, indicó que «en una ciudad que sufre el trauma de la pérdida progresiva de su patrimonio urbanístico ahora quieren legalizar las violaciones al código. Sencillamente se trata de poner a la venta las excepciones. Esta aberración implica que si pago me liberan las alturas, estimulando así la especulación inmobiliaria que destruye la ciudad«.

«A cambio de que algunos ‘desarrolladores’ incrementen sus ganancias la ciudad pierde su paisaje, su identidad, su patrimonio. Y lo pierde por generaciones y generaciones. ¿Cómo puede ser que a cambio de monedas se permitan edificios cuyos dictámenes de impacto ambiental sean desastrosos, proyectando sombra a decenas de manzanas, creando crisis de provisión de agua y otros servicios? Ya es vergonzoso que el HCD haya aprobado estos disparates individualmente. Ahora van por más…lo quieren hacer automático«, finalizó.

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