Alarma por empresas que abandonan el país generando una gran incertidumbre económica y perjuicio laboral

Se ha transformado en algo preocupante y recurrente que estas empresas llegan al país, en algunos casos en buscan de ganancias muy rápidas pero luego se retiran, después de prometer “competencia, crecimiento económico además de estabilidad y la generación de empleo”

En los últimos años, Argentina ha presenciado una serie de casos donde empresas extranjeras ingresan con promesas de crecimiento y competitividad, pero luego se retiran abruptamente, causando un daño significativo en el tejido económico y social.

Sucede que se ha transformado en algo preocupante y recurrente que estas empresas llegan al país, en algunos casos en buscan de ganancias muy rápidas pero luego se retiran, después de prometer “competencia, crecimiento económico además de estabilidad y la generación de empleo”.

Parte de su modus-operandi es aterrizar con estrategias de bajos precios, muchas veces insostenibles, eludiendo regulaciones y recortando beneficios laborales que afectan los salarios y derechos de sus trabajadores, para maximizar ganancias en el corto plazo.

Sin embargo, una vez que estas prácticas dejan de ser rentables o el mercado se vuelve más desafiante, estas compañías se retiran, dejando detrás un rastro de inestabilidad.

Además, suelen existir retrasos en los pagos que generan una cadena de incumplimientos y endeudamientos que debilitan al sector productivo.

Muchas de estas empresas trabajan con proveedores locales, que dependen de sus contratos para sostener sus negocios. Al retirarse del país, estos proveedores pierden una fuente importante de ingresos o quedan expuestos a grandes endeudamientos, dejándolos en situaciones financieras delicadas.

La inestabilidad gremial es otra de las consecuencias y por ende los sindicatos enfrentan cada vez más tensiones, ya que el entorno laboral se degrada y los derechos de los trabajadores se ven amenazados por estas prácticas abusivas, coincidieron dos reconocidos gremialistas locales al analizar esta situación.

En ese contexto, remarcaron que los gremios deben lidiar con las consecuencias de despidos masivos y de condiciones laborales deterioradas, y destacaron que esto lleva a conflictos gremiales que muchas veces derivan en huelgas y protestas, afectando tanto la productividad como la imagen del sector.

Finalmente, estas empresas «gaviotas» abandonan el país sin haber echado raíces, dejando un legado de desnaturalización del negocio y un mercado afectado.

Esta tendencia no solo afecta la economía a corto plazo, sino que también tiene un impacto duradero en la confianza y estabilidad del mercado laboral, desincentivando tanto la inversión como el empleo de calidad.

Solo por mencionar algunos casos de la historia reciente empresas de la talla de Walmart, la cadena estadounidense de supermercados que vendió su operación argentina , citando dificultades para mantener la rentabilidad y estabilidad en el país o LATAM Airlines anunció la salida de su operación de vuelos domésticos en Argentina, debido a la crisis económica, los efectos de la pandemia y la dificultad para sostener costos o la recordada Falabella que decidió cerrar sus tiendas y operación en Argentina en 2020.

Otro ejemplo latente es el caso de Aramark en Argentina, empresa que ofrece servicios de alimentación, que entre otras internacionales tiene que tomar decisiones complejas que podrían contribuir a la inestabilidad. En Zarate en los últimos días, ha estallado un conflicto por el posible desembarco de la mencionada compañía chilena. Situación que ha provocado que se enciendan distintas alarmas.

Se trata de la misma empresa del sector alimenticio que hace un año tuvo que desmentir que abandonaría sus negocios en el país por la situación económica. Pero los rumores continúan.

En este marco, se ha abierto un espacio estratégico que las empresas nacionales aprovecharon para ganar participación en el mercado y fortalecer sus operaciones, contribuyendo a una reactivación y crecimiento de sectores clave de la economía nacional.

Esta capacidad de adaptarse rápidamente a las oportunidades y desafíos económicos del país ha sido clave para grandes empresas argentinas, que cuentan con una ventaja estratégica al tener un profundo conocimiento del mercado local, una red consolidada de proveedores y la flexibilidad operativa necesaria para enfrentar distintos desafíos y poder seguir ofreciendo servicios de calidad a sus clientes en diversos sectores de la economía.

En síntesis, estas empresas, al no comprometerse a largo plazo y no “echar raíces” en el país, desestabilizan el entorno económico y social. Su salida abrupta impacta en el empleo, los proveedores y el crecimiento del mercado, debilitando aún más la confianza en la inversión extranjera en Argentina.

Con una clara orientación hacia la producción y el desarrollo nacional, las empresas argentinas no solo han cubierto el vacío dejado por las varias compañías extranjeras, sino que también se han posicionado como actores fundamentales para la recuperación y el crecimiento sostenido de la economía del país, destacaron distintas voces empresariales en el último Coloquio de IDEA en Mar del Plata.

Las mismas fuentes resaltaron que no hay dudas que el país necesita empresas que no solo busquen ganancias inmediatas, sino que también se comprometan a construir un futuro en el que todos los actores del mercado puedan prosperar.

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