El bloque de concejales de Unión por la Patria presentó un proyecto de ordenanza con el objetivo de prohibir el uso de celulares por parte de estudiantes del nivel primario durante el horario de clases en los establecimientos educativos municipales del Partido de General Pueyrredon.
La edil Mariana Cuesta, autora de la iniciativa, consideró que “la implementación de una ordenanza que regule el uso de teléfonos celulares en las escuelas primarias de Mar del Plata es una medida necesaria para promover un entorno de aprendizaje saludable, proteger el bienestar emocional de los estudiantes y mejorar sus resultados académicos”.
A CONTRAMANO DE KICILLOF
Lo llamativo que lo impulsado por la edil kirchnerista que tiene como líder política a la extitular de Anses Fernanda Raverta va a contramano de lo decidido por el gobierno bonaerense. Sucede que tras la decisión de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires que gobierna Jorge Macri sobre el uso de dispositivos electrónicos en las aulas, el director general de Cultura y Educación de la Provincia de Buenos Aires, Alberto Sileoni, manifestó que la administración a cargo de Axel Kicillof mantendrá el uso de celulares en las escuelas.
En ese contexto, el funcionario bonaerense aclaró: “Nosotros vamos por otro camino, en 2006 tuvimos esa norma en la Provincia de Buenos Aires y no funcionó”.
En los fundamentos del proyecto, Cuesta no hizo referencia a las definiciones del gobierno de Kicillof sobre este tema pero sin embargo destacó que los legisladores, Emmanuel González Santalla, y Lorena Mandagarán, de La Cámpora y la UCR+Cambio Radical respectivamente, presentaron en el Senado bonaerense iniciativas similares, que buscan regular el uso de todo dispositivo electrónico que permita la visualización de información y la interacción a través de la recepción, procesamiento, almacenamiento, transporte y/o transformación de datos, sonidos e imágenes.
Tras el despacho de estos proyectos por parte de la Comisión de Legislación General del Senado, Sileoni se refirió a la relación de las tecnologías y volvió a descartar que se busque una implementación de este tipo desde la administración bonaerense, que tiene bajo su órbita a más de 4.700 establecimientos educativos en los que asisten más de 1.700 estudiantes.
“En el 2016 se emitió una resolución de las tensiones lógicas que produce la tecnología, pero hay elementos para pensar que se pueden habilitar los dispositivos en el aula siempre que sea un recurso pedagógico”, manifestó el funcionario de Kicillof.
A diferencia de lo considerado por Sileoni, la concejal Mariana Cuesta destacó que «la prohibición de teléfonos celulares puede tener un impacto positivo en la salud mental y bienestar de los estudiantes, reduciendo los niveles de ansiedad y estrés, según estudios y recomendaciones de expertos en psicopedagogía«.
A su vez, remarcó que «el desarrollo social y emocional de los estudiantes se ve afectado por el uso excesivo de celulares, ya que disminuye la interacción cara a cara dificultando el desarrollo de habilidades como la atención prolongada y la comunicación interpersonal«.
LOS PIBES NO, PERO YO SÍ PUEDO!
Tras la presentación del proyecto, la edil opositora posteó a las pocas horas a sus redes una especie de encuesta sobre el uso del celular en los establecimientos educativos, donde preguntó si los dispositivos distraen en clases, y si hay que regular la utilización de los mismos y luego dio por sentado que hay que prohibirlos y consultó cuál sería el mayor beneficio de esa decisión.
Un detalle: a escasos minutos de llevar adelante estas consultas, Cuesta subió una foto desde su celular en el medio de una clase en la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional de Mar del Plata. “Quiere prohibirles los celulares a los pibes en los colegios, pero ella hace todo lo contrario. Parece Alberto Fernández pidiendo que todos nos quedemos encerrados en las casas en el medio de pandemia, mientras él estaba de joda en la Casa Rosada y en Olivos”, chicanearon desde Juntos.