En distintos episodios, las instituciones nucleadas en los Colegios de Martilleros en la Provincia de Buenos Aires censuran arbitrariamente no sólo a los profesionales que eligen trabajar con empresas que brindan servicios inmobiliarios complementarios, sino también a vecinos que las eligen para vender o alquilar sus inmuebles.
Además de la probada influencia que los Colegios de Corredores y Martilleros vienen ejerciendo sobre diversos municipios para que dicten ordenanzas en contra de nuevos modelos de negocio más competitivos, ahora varios profesionales y referentes del sector han comenzado a poner el foco en el desprecio y la condena pública que las instituciones despliegan contra la ciudadanía que, paradójicamente, dicen proteger, según las fuentes consultadas.
Uno de los casos más recientes ocurrió en Mar del Plata, luego de que la propietaria de un inmueble que estaba en venta sufriera un robo. Según trascendió, los delincuentes se hicieron pasar por clientes interesados en la propiedad para, así, conseguir acceso a la misma y cometer un delito. “El comunicado que firmó Guillermo Rossi, presidente del Colegio marplatense, es vergonzoso”, remarcaron.
Dicho comunicado, “en vez de repudiar el accionar criminal de estas personas, pone la culpa en la víctima, asegurando que si esta persona no hubiera recurrido a una franquicia inmobiliaria a la hora de intentar colocar su propiedad, el delito no hubiera ocurrido”, advierten en el sitio especializado MDQ Activa.
Agregan que, lejos de solidarizarse con la víctima o repudiar el accionar de los delincuentes, “la institución hace una utilización inmoral del tema para apuntar contra las franquicias inmobiliarias, el tema que eligieron en las últimas gestiones para tratar de mantenerse relevantes”.
En el comunicado difundido tras el robo, desde el Colegio marplatense indicaron: “Uno de los requisitos imprescindibles a la hora de visitar un inmueble es constatar la identidad de los interesados y proceder a hacer firmar a los mismos la ‘Constancia de visita’, donde queda registrada la identidad de los clientes, brindando así un marco de seguridad”.
Sin embargo, desde el portal MDQ Activa aseguran que el Colegio de Martilleros “miente” y que las denominadas “constancias de visita” no existen y que “las franquicias inmobiliarias no trabajan de forma distinta a ninguna otra inmobiliaria de la ciudad”.
De igual forma y en complicidad con el poder de turno, el Colegio marplatense ha impulsado una ordenanza que no sólo establece la prohibición de la publicidad y promoción de franquicias, licencias y marcas del rubro inmobiliario en la vía pública, sino que, además, penaliza con multas que van desde los 50 a los 70 sueldos mínimos municipales, a aquellos vecinos que elijan la representación de estas empresas para vender sus propiedades.
Si bien Rossi afirmó que la prohibición de la publicidad en la vía pública “apunta a proteger a los ciudadanos que quieren comprar o vender una propiedad”, los vecinos afectados le recordaron en las redes sociales al dirigente martillero que “poco hacen por cuidar a los clientes” y mucho menos a los cientos de turistas que cada temporada son estafados por inmobiliarias “truchas e ilegales” que la institución no controla.
Al dirigente también le recordaron el caso de La Liga, una organización delictiva de la que formaban parte martilleros, y que por dos décadas utilizó del salón de subastas del Colegio de Martilleros de Mar del Plata para apropiarse de casas y terrenos por medios mafiosos, estafas y aprietes.
“Poco se puede esperar del Colegio de Martilleros y Corredores Públicos Departamento Judicial Mar del Plata, la institución cuya connivencia y complicidad permitió durante años la existencia de la llamada ‘Liga de remates’ en nuestra ciudad, cuyo accionar derivó en una causa judicial donde se comprobaron maniobras de aprietes y prácticas fraudulentas que le permitió a algunos individuos quedarse con diversas propiedades por precios irrisorios”, explicaron desde MDQ Activa.
Esos hechos ocurrieron durante la gestión del predecesor de Rossi, Miguel Ángel Donsini, emblema de la “casta inmobiliaria”, quien estuvo 24 años al frente del Colegio y se fue sin dar explicaciones al respecto, subrayaron.